A veces, mientras duermo, siento en mis labios la caricia de un beso, y al día siguiente no estoy segura de si has sido tú o sólo se trataba de un sueño.
Es un roce tierno, que se cuela en silencio entre las sábanas. Aún dormida me hace susurrar tu nombre y antes de que pueda despertar, se desvanece.
Los sueños tienen algo mágico y místico, y la mayoría de las veces, nos hacen descubrir sentimientos que teníamos ocultos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Te sigo leyendo.
Un abrazo