En la oscuridad dejo correr las yemas de mis dedos por tu piel. Aún sin verlo, puedo reconstruir en mi mente cada rincón de tu cuerpo. Siento tu aliento, tu calor y el tacto de tus manos que responden acariciandp mi piel y enredándose en mi pelo.
Siento la fuerza de tus brazos, que saliendo del sueño, me entrelazan, me aprisionan. Siento el recorrido de tus labios y sin abrir los ojos, perdida en medio de la oscuridad, te noto moverte suavemente en mi interior.
Y lentamente alcanzo de nuevo el abandono entre tus brazos.
El abandonarnos a las sensaciones, nos permite encontrarnos a nosotros mismos, no como seres racionales, sino como seres instintivos, sensibles, emocionales, en resumidas cuentas, seres humanos.
ResponderEliminarSeres instintivos, sensibles, emocionales... seres humanos o, simplemente, animales... O niños.
ResponderEliminarLa vuelta a los orígenes sin el corsé de los convencionalismos. Es un viaje sano para hacer de vez en cuando.
Bonitas palabras.
Gracias por tu visita.